Fermín Encuentra Peralta, ingeniero industrial de formación, nació en Zaragoza e hizo su carrera en San Sebastián. Entre 1954 a 1956, mientras estudiaba, trabajó en una empresa de ascensores llamada Zardoya. A los años se mudó a Madrid para trabajar en Schneider Electric. Para el desarrollo de un proyecto, Fermín es trasladado a Marbella y se enamora de la costa del sol. En 1965 comenzó a traer a su familia a Málaga y terminaron por afincarse en dicha ciudad en 1975. Una vez terminada la supervisión de este proyecto, se encontró en el sector con una empresa dedicada a ascensores. Con ellos trabajó y llegó a ser accionista de la empresa. Creó delegaciones en toda España, hasta alcanzar 3.000 empleados, creando con ello el grupo Diplomat. Los hermanos decidieron vender la empresa a una multinacional, Schindler. En esa operación de venta, Fermín ejerció como vicepresidente en España de Schindler. Más tarde presenta su renuncia por disputas con el presidente. Como consecuencia del pacto realizado, entre los años 1984 y 1989 no pudo trabajar en el sector de los ascensores.
Decidió trabajar la instalación y sobretodo la postventa (cuidar a los clientes). Descubrió que la posventa de ascensores no estaba muy atendida. Así es como en el año 1989 funda Zergonsa en Málaga y Ascensores Disa, que operaban, la primera, Málaga, Granada, Costa del Sol y Algeciras, y la Disa, en Sevilla, Jerez, Córdoba y Extremadura. Sabía de ascensores y a eso se dedicó. Así fue como poco a poco se fue constituyendo la empresa que hoy día se encuentra en funcionamiento.
En el año 2.000 se crea General Elevadores XXI para unificar todas las empresas creadas en la última década, dos de venta de ascensores, una dedicada a la financiación y otra a la exportación. Aunque fue una decisión para modernizar la empresa, la fusión creó mucha tensión entre las tres familias socias, lo que condujo a que en 2002 se llevara a cabo una reducción de capital para dar salida a los socios de las otras dos familias con amortización de acciones propias.
La crisis financiera de 2007/08 llegó a la empresa en 2010, y la empresa tuvo que tomar decisiones drásticas, tales como desprenderse de la delegación de Cataluña en 2012. En 2013, y gracias a los beneficios de la anterior venta, se pudo internacionalizar el negocio, realizando adquisiciones en Chile y Perú. Se trabajó con socios locales y se crearon estas nuevas sociedades con capital 100% de la familia empresaria Encuentra. Desde entonces, la empresa también ha ido comprando algunos fondos de comercio en España.
En 2018 se jubila la mano derecha de Fermín Encuentra Peralta, y asciende su hijo, Fermín Encuentra Seminario, a director general de General Elevadores XXI. Fermín es el quinto de seis hermanos, licenciado en Derecho y Administración de Empresas y con experiencia previa en la empresa y en negocios internacionales. En estos últimos años, se ha preocupado por la modernización de los procesos para una mayor eficiencia empresarial.
“Nuestros valores están relacionados con los que tiene la familia. En el fondo tú trasladas a la empresa y lideras como eres. No existe una separación entre cómo eres en casa y cómo eres en la empresa”.
“Nos enorgullece presumir de cercanía, servicio, y personalización, somos muy amigables. Valores que vienen sobretodo de mi madre. Todos los hermanos somos personas, en general, bastante serviciales, cercanos, nos gusta conversar”.
“Se intenta trasladar al cliente estos valores (acompañándolos, haciéndoles preguntas abiertas, etc.). Mi padre siempre ha querido hacer hincapié a sus trabajadores en que se debe preguntar mucho a los clientes, para indagar sobre lo que realmente quieren o necesitan… No tratamos de vender al cliente lo que más rentable nos resulta, sino lo que pensamos se ajusta mejor a sus necesidades. Decidimos nuestros productos e innovaciones basados en la cercanía al cliente, su personalización. Por ejemplo, diseñamos y tenemos certificado de un ascensor hidráulico diseñado para viviendas unifamiliares con el objetivo de salvar las barreras arquitectónicas existentes . Sin embargo, también ofrecemos al cliente el eléctrico, que siendo menos rentable para la empresa, puede ser más confortable para el cliente”.
“Siempre que haga falta algo a algún trabajador, la empresa está a su disposición. Nos preocupa su formación, pero también su parte más personal. Es imposible que haya un fallecimiento de un familiar de algún trabajador y que no se persone alguien de la empresa. Hacemos esos momentos propios de la empresa”.
En General Elevadores XXI la tradición ha facilitado la innovación. El fundador tenía constantemente nuevas ideas y las intentaba traducir en innovaciones. De hecho, ostenta un nutrido currículum de modelos de utilidad y patentes. Actualmente trabajan en ideas que proceden de su padre, como por ejemplo un ascensor hidráulico convertido en eléctrico o los ascensores pequeños, dirigidos a pequeños chalés y recorridos menores. Asimismo, la empresa trabaja en pequeñas innovaciones, como apagado-ahorro de luces automáticas, desinfección COVID del habitáculo, en mejorar la seguridad, un mantenimiento más óptimo, confortabilidad y rapidez.
“Como una muestra de nuestras intenciones, la empresa está ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), a pesar de ser una empresa más industrial que tecnológica. También la empresa se ha digitalizado, siendo una de las primeras empresas del sector en tener una buena web y estar activamente en redes sociales, con cambio en la imagen corporativa incluido”.
El hecho de ser familia se ha notado en la utilización de braille en sus ascensores desde antes de que fuese obligatorio. También en aspectos de accesibilidad, como bajar los botones para que lleguen las personas en silla de ruedas, por ejemplo.
Cuidamos a nuestros empleados. Entre otros aspectos, a aquellos empleados que tengan necesidad de accesibilidad para ellos o sus familiares, se les hace un descuento del 50%. No se puede competir en salario con las multinacionales, por ello fueron los primeros en el sector en ofrecer a los empleados horario ininterrumpido de 8 a 16h. No se controla la asistencia, se trabaja por tareas. Hay flexibilidad laboral, siempre que se cumpla con las responsabilidades.
En lo relativo a lo medioambiental, se recicla el aceite de los ascensores y se tiene un certificado de reciclaje de materiales. La empresa tiene una ISO que certifica el tratamiento del aceite y destrucción segura y reciclaje del papel. La empresa opera con vehículos híbridos, más de cien vehículos trabajando.
La sociedad reconoce su labor empresarial y han obtenido diferentes premios: Familia-Empresa de San Telmo, de la Cámara de Comercio de Málaga, o del propio ESIC.
La figura del fundador ha dejado un legado muy importante en relación al emprendimiento y ha tomado relevantes decisiones de reestructuración a la largo de su dilatada trayectoria (ventas, fusiones, etc.).
La familia empresaria se ha diversificado con el negocio inmobiliario.
La futura generación aún es joven. Los más mayores están trabajando fuera y parece que han decidido no hacer carrera en la empresa familiar. En la empresa se les ha enseñado cómo trabajar y luego cada uno decide. Se piensa que la tercera generación, en un futuro, podría formar parte de la propiedad, con algunos miembros en el Consejo de Administración, y con eso debería ser suficiente. Si se profesionaliza la empresa, su participación ya no será tan importante en la gestión.
También hay motivos no económicos para el emprendimiento. En nuestra empresa, no se reparten los dividendos y se pretende que todo lo generado se pueda reinvertir en la empresa para seguir creciendo.
Entrevistamos empresas familiares para poner en valor su labor social.
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